Segregación vertical y horizontal en el sector STEM: Un desafío a la igualdad
La segregación de género en el sector de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) se manifiesta en dos formas principales: la segregación vertical y la segregación horizontal. Ambas afectan la representación de mujeres y otros grupos históricamente marginados, limitando su acceso y oportunidades en este campo vital. La segregación horizontal se refiere a la concentración de hombres y mujeres en diferentes disciplinas, mientras que la vertical se relaciona con la distribución desigual en niveles jerárquicos y de liderazgo.
Segregación horizontal
La segregación horizontal se observa en la elección de carreras, donde las mujeres tienden a concentrarse en áreas menos técnicas y, a menudo, con menor remuneración, como las ciencias sociales o la educación, mientras que los hombres dominan campos como la ingeniería y la informática. Según un informe de la UNESCO, en 2020, las mujeres representaban solo el 28% de los estudiantes en disciplinas STEM a nivel global, lo que pone de manifiesto la persistente desigualdad en la elección de carreras.
Esta situación se traduce en un círculo vicioso, donde la baja representación femenina en ciertos campos perpetúa la idea de que estos son, intrínsecamente, espacios masculinos.
Segregación vertical
Por otro lado, la segregación vertical se refiere a la falta de mujeres en posiciones de liderazgo y toma de decisiones dentro de las organizaciones. Según un informe de McKinsey & Company, las mujeres ocupan solo el 24% de los roles de liderazgo en el sector tecnológico, una cifra que evidencia la barrera que enfrentan para avanzar en sus carreras. A pesar de que las mujeres constituyen cerca del 47% de la fuerza laboral en muchas economías desarrolladas, su representación disminuye drásticamente en puestos de alta dirección. Esta disparidad no solo afecta a las mujeres en el sector, sino que también limita la diversidad de perspectivas en la toma de decisiones, lo que puede resultar en un desarrollo tecnológico sesgado y poco inclusivo.
Necesidad de intervenciones efectivas
La situación actual exige un enfoque proactivo para abordar estas desigualdades. La formación en igualdad en la empresa es una herramienta clave para promover un entorno laboral inclusivo y equitativo. Implementar programas de formación que sensibilicen a los empleados sobre la importancia de la diversidad en el lugar de trabajo es crucial. Estas iniciativas pueden ayudar a desmantelar los estereotipos de género y fomentar una cultura organizacional que valore las contribuciones de todos los individuos, independientemente de su género.
Además, es fundamental que las empresas adopten políticas de reclutamiento y promoción que busquen activamente la diversidad. Programas de mentoría, redes de apoyo y oportunidades de desarrollo profesional dirigidas a mujeres pueden facilitar su avance hacia posiciones de liderazgo.
Según Deloitte, las empresas que implementan estrategias efectivas para aumentar la representación de mujeres en roles de liderazgo ven un aumento en su rendimiento organizacional, lo que demuestra que la diversidad no solo es un imperativo ético, sino también una ventaja competitiva.
La igualdad en la empresa no es solo una cuestión de justicia social. Sino una necesidad estratégica en un mundo laboral en constante evolución. Abordar la segregación vertical y horizontal en el sector STEM es crucial para garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de contribuir y prosperar en el entorno laboral.
La implementación de la formación en igualdad en la empresa y la adopción de políticas inclusivas son pasos necesarios para lograr una mayor equidad y diversidad en este sector vital para el desarrollo de la sociedad.