La Comisión Europea define la responsabilidad social de las empresas (RSE) como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores.
Señalando que la RSE es la responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad.
La Estrategia para la Igualdad de Género 2020- 2025 de la Comisión Europea apunta por aprovechar todo el potencial que hay en la sociedad de la forma más eficaz y eficiente para añadir talento y diversidad a las empresas y organizaciones.
En todas las actuaciones, recomendaciones y consejos de la Unión Europea para fomentar la igualdad en el mundo laboral, se desprende un planteamiento dual: medidas específicas para lograr la igualdad de género y una integración de la perspectiva de género en todas y cada una de las acciones que se planeen y desarrollen en el seno de la Unión Europea.
Este planteamiento dual, debe trasladarse a las empresas y organizaciones privadas en todas y cada una de las acciones y decisiones que tomen las personas con capacidad de decisión en la empresa.
A nivel macroeconómico, la desigualdad de género impide el crecimiento económico, es por ello por lo que la concienciación y lucha por conseguir unas empresas más igualitarias ha de estar en la agenda política, con propuestas firmes como ayudas a la formación, promoción y desarrollo de mujeres a nivel global. No solo estamos hablando de crecimiento económico sino también de derechos humanos, equidad y justicia social.
Dentro del marco global nos encontramos con directrices y principios que marcan las líneas de actuación y acción para las empresas que deciden apostar por la RSE.
Las Líneas Directrices de la OCDE, los principios de la iniciativa del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la norma ISO 26000 sobre RSE o la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social de la O.I.T ayudan a enmarcar el alcance de las acciones de las practicas relacionadas con la RSE.
El carácter multidimensional de las acciones contempla el respeto por los derechos humanos, las buenas prácticas en relación con la igualdad de género, bienestar de las personas trabajadoras, el cuidado de la salud, las acciones de respeto por el medioambiente y la lucha contra las prácticas de corrupción en la empresa.
Es necesario analizar el Libro Verde de la RSE que editó la Comisión Europea, en la que se hace una clara distinción entre dimensión interna y externa de la RSE dentro de las empresas. Dentro de la dimensión interna encontramos, entre otro tipo de acciones, la gestión de los recursos humanos, señalando que es desde esta área organizativa desde la que se debe: añadir la diversidad en la empresa como valor, luchar contra la discriminación entre mujeres y hombres y garantizar una salud y seguridad en el lugar de trabajo desde una perspectiva de género.
La Ley Orgánica 3/2007, menciona las acciones de responsabilidad social de las empresas en materia de igualdad de género en su artículo 74:
¨las empresas podrán asumir la realización voluntaria de acciones de responsabilidad social, consistentes en medidas económicas, comerciales, laborales, asistenciales o de otra naturaleza, destinadas a promover condiciones de igualdad entre las mujeres y los hombres en el seno de la empresa o su entorno social¨.
Resumiendo, la responsabilidad social empresarial como mecanismo para corregir relaciones de poder desiguales en el mundo empresarial entre hombres y mujeres.
Debido a que las desigualdades de género son algo estructural en la sociedad, las acciones para corregir la discriminación deberían ser transversales a toda la gestión organizativa.
Avanzar más allá de lo establecido en la normativa estableciendo mecanismos internos de mejora continua y trabajando directamente con entornos ajenos a la empresa que fomenten la igualdad de género en la sociedad.
Propuestas que fomentan la igualdad de género en las empresas y organizaciones mejorando la responsabilidad social empresarial:
Creación de un paquete de horas que la plantilla deba destinar a acciones de voluntariado en entidades que fomenten la igualdad de género.
Ejemplo: dar soporte a gestionar auditorías externas a entidades que trabajan para dar soporte a las mujeres víctimas de violencia de género. |
Traer a personal experto a la empresa para dar conferencias sobre aspectos relacionados con la igualdad de género en la sociedad. |
Facilitar a toda la plantilla el acceso a materiales como libros o documentos gráficos que formen e informen en materia de género. | Obligatoriedad de desconexión digital con la empresa a partir de cierta hora del día para toda la plantilla, como medida potenciadora de la conciliación entre la vida familiar y laboral. |
Creación de circuitos culturales dentro de la empresa que fomenten la visibilidad de referentes femeninos en el mundo de las artes. | Evaluar como impacta en las relaciones de género todas y cada una de las acciones que se toman en la empresa. Analizando el impacto no solo a nivel interno empresarial sino dentro de la globalidad de la sociedad. |
El conjunto de acciones propuestas que generarán un impacto en la igualdad de género tanto en la empresa como en la globalidad de la sociedad, deberían gestionarse desde las políticas de personal con el soporte y apoyo material y económico de la dirección de la empresa para que sean eficaces y eficientes para la lucha contra la discriminación sistémica.